Hoy he vuelto a mi ciudad y he visto caras tristes, almas tristes.
Brazos cruzados y viejas mochilas de regalo.
Pijos veraniegos y funambulistas del vestido.
Las caras conocidas pasando desapercibidas ante gentes vacías de todo.
De todo menos de nostalgia de ser, de experiencia e identidad.
La soledad pasea las calles que no es sino ensueño de la crisis,
De los tiempos mejores que habrán de llegar.
La lucha se quiebra pero el deseo también.
Tristeza en el corazón alegre de mi cuidad
que destila sus lágrimas bajo toldos y escaparates.
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