La palabra FLECHA la forman las siglas de “Feria de Liberación de Espacios Comerciales Hacia el Arte”
Lugar: Centro Comercial Arturo Soria Plaza (CCASP) en Madrid.
Flecha es una buena muestra de que el Arte irrumpe en lugares insospechados y que como tal es síntoma de las nuevas respuestas que los artistas y la nueva época requieren. Si las instituciones presentan un Arte momificado, encasillado en espacios exclusivamente pensados para ello, estas propuestas mantienen al Arte en un lugar cotidiano, cercano y de esta manera formando parte de la vida y por tanto vivo, valorable, presencial. En momentos de crisis las soluciones locales llegan de manos de los propios artistas.
El momento más traumático de la existencia es la muerte y más aún tener la certeza de la llegada del inevitable momento de dejar de ser. El momento de la muerte resulta ser obsesivo y se mantiene como una sombra existencial, sorpresiva, difícilmente preparable y donde razonablemente es comprensible aferrarse al aspecto vital que uno reviviría eternamente. Quizás se den dos niveles existenciales; el individuo es víctima de una sugestión, es manipulado y sobre él mismo experimentado; en otro el individuo acalla esta consciencia para dedicarse a la vida, a poder vivir. Los desenlaces vitales suelen ser sorprendentes como sucede en este film de 28 minutos de Chris Marker cuyo escenario es el París subterráneo tras la III Guerra Mundial y sus consecuencias radioactivas. La experimentación con sujetos sobre el viaje mental en el tiempo es el único recurso que le queda al hombre. A un hombre al que es necesario engatusar para convertirle finalmente en una mera herramienta técnica que aporte las respuestas necesarias para la supervivencia. Una vez más el fin justifica los medios. La necesidad básica de encuentro, de tácita complicidad, de la búsqueda de un estado conciliador es puesto al servicio de lo pragmático, lo útil, lo no-emocional.
La terminal o muelle del aeropuerto no es más que un punto de referencia al que acudir. El lugar donde todo empieza pero donde todo también termina. El sitio donde comienzan a ocurrir las cosas, donde las cosas cotidianas y conocidas, donde el recuerdo de la infancia termina por ser el rasgo terriblemente realista ante una muerte impasible. No hay principio ni final, no existe cronología para el Hombre sólo momentos-estado, solamente supervivencia, presencia actual y que se actualiza constantemente.
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Dirección Chris Marker
Producción Anatole Dauman
Guíon Chris Marker
Música Trevor Duncan
Protagonistas Hélène Chatelain,
Davos Hanich,
Jacques Ledoux
Género Film fotonovela
País Francia
Año 1962
Idiomas Francés, Alemán
Duración 28 minutos.
Así entonces, construir la vida conforme a un cierto tipo de realidad, paradójicamente ya deja asomar la posibilidad de crear una verdad que es la de dicha aceptación vital de la vivencia. Como decían Hegel y Bretch, la verdad es concreta. Se rescata de lo cotidiano, el hombre debe mantener una actitud crítica (léase mejor analítica para que no haya confusión) a cada paso de su autoeducación. Ser selectivo con su entorno y elegir lo que le modela o al menos con lo que le gustaría rodearse. Se debe terminar con los tópicos y el poso social y lingüístico. Todo debe ser cuestionado y cuestionable, incluso mis palabras. La insuficiencia de la razón ha mantenido estanco demasiado tiempo el reino del deber-ser del Hombre. Ha causado frustración. Si existe un individuo estético debe emerger de una nueva situación vital personal y trasladable socialmente. Si existe un 'verus real' y si es que se debe alcanzar que emerja de la razón poética, de los lugares recónditos de la imaginación... desde el desinterés, simplemente estando, pero ¿por dónde empezar? ¿qué tópico podemos romper?
An die
Musik Du holde Kunst, in
wieviel grauen Stunden, Wo mich des Lebens wilder Kreis
umstrickt, Hast du mein Herz zu warmer Lieb entzunden, Hast mich in eine beßre Welt
entrückt!
Oft hat ein Seufzer, deiner Harf' entflossen, Ein süßer,
heiliger Akkord von dir Den Himmel beßrer Zeiten mir erschlossen, Du holde
Kunst, ich danke dir dafür!
A la música
¡Oh,
arte benévolo, en cuántas horas sombrías,
cuando me atenaza el círculo feroz
de la vida,
has inflamado mi corazón con un cálido amor,
me has conducido
hacia un mundo mejor!
Con frecuencia se ha escapado un suspiro de tu
arpa,
un dulce y sagrado acorde tuyo
me ha abierto el cielo de tiempos
mejores.
¡Oh, arte benévolo, te doy las gracias por ello!