sábado, 29 de diciembre de 2012

Mi pequeño espacio dialógico



...o el lugar de la visibilidad. Desde hace tiempo me impliqué en esto de las redes sociales probando varios sistemas, no todos, donde poder probar la sociabilidad en red más allá de los primeros pasos a través de chats o irc allá por los noventa y tantos dejando atrás módem y máquinas inexplicablemente eficientes, lo cual me sugiere la capacidad de adaptación del ser humano dentro del medio en el que actúa. Supongo que finalmente uno termina decantándose por un espacio y abandonando otros, en mi caso, por escuetos, por entorno, por edad o interés. Lo que es genérico es el tipo de espacio que uno puede crear. No se trata de nada ‘media’ o formal sino del espacio espiritual que uno construye sea mediante imágenes, palabras, música o todos juntos. Hablamos de un espacio o lugar existencial.  Desde la supuesta libertad, estas redes parecen presentar lugares donde la comunicación de libre expresión es el aspecto que todo usuario parece esperar. Uno se deja 'ver' o se presta a la visibilidad aparente de lo que desea que se vea, que aunque lo exprese matizado no deja de ser similar a lo mismo que sucede en la presencia habitual ordinaria. Uno se acerca a 'su espacio', que realmente es su ser o lo que se permite ser, y define parcelas de su expresión, modos de ser, intuición, moral, mitología, etc. Podría decirse un ser humano casi completo, obviando la parte biológica. Nos estamos creando como seres-mente, criaturas supercerebrales que abandonan continuamente habilidades cada vez más en desuso. Como decía el ser que se construye en estos espacios adquiere su carácter esencial precisamente ante lo ajeno. Uno se funde en la red con el resto de usuarios que se configuran como un ente abstracto para el que se piensa, se construye y se escribe. Entidad que ya posee vida propia, que mantiene actividad por sí misma y por tanto configura un mundo en sí. Uno sabe mayormente qué esperar de otro ser humano, lo novedoso es enfrentarse/avenirse a este tipo de entidades. Nos acostumbramos a generar un espacio neutro, uno más entre otros, ni más ni menos importante; a pensar para nosotros pero referir para esta entidad abstracta de la que desconocemos su reacción y su comprensión. No se emite de sujeto a sujeto. Si el lenguaje ya espera un sentido que descubrir, la comunicación web mantiene aún otro grado más alejado respecto al emisor o sujeto real, al pasar previamente por el filtro configurador del ente-web hasta conseguir llegar al receptor.
Aunque renuncio a una visión paralela de esta representación del ser respecto a la representación del ser ordinario, lo cierto es que lo social cotidiano permite la presentación, el exponerse al otro y aunque queramos ofertarlo mediante analogías de sociedad y relaciones interpersonales,  creo que ésta es la diferencia primordial en el espacio-web donde uno no se presenta ni se expone, simplemente se ‘propone’ para que el ente abstracto lo fusione con el resto en una especie de unidad telemática. El pensamiento-sujeto se relaciona con otros pensamientos-sujetos. Se comparten intuiciones, se aprenden los nuevos juegos, las nuevas gramáticas. Los individuos quizás lleguen después. Esta es la grandeza pero también la decadencia.
Así cuando el espacio es público, lo es desde donde el que escribe lo hace con y desde la mente de lo Otro, del que recibirá lo escrito. Se espera influir y también ser influido. Otro rasgo a tener en cuenta es que está permitido en cierto modo flexionar el tiempo, romper parte de la lógica, paralizar el discurrir. Se detiene el tiempo biográfico de la actividad propia del ser edificado. Mi espacio dialógico, por su carácter comunicativo, mantiene su propio estatuto sobre el tiempo.

El ser se construye, el espacio crece y también crece la persona-web ajena incluso al ser del que escribe. Uno nunca da ni expresa su totalidad. El espacio se configura como un ente con vida propia, que ejerce su actividad desde su pasividad. No es ‘todo’ pero se propone como tal y se recibe como tal. También debemos comprender la limitación que nos viene impuesta. No se dispone de libertad tal como la deseamos sino como supuestamente elegimos que debe ser bajo la sombra de un respeto a unos patrones que no son necesariamente los del grupo. El sistema elige la normatividad sobre la que construir ese ser-web mientras éste se mantiene sedado y bajo la presión de no poder ser más expansivo que lo que le es permitido por el sistema (posibilidades de presentación del espacio, software, hardware, banda ancha, etc). Éste no es finalmente lo que desea sino, hasta lo que por el momento, se le permite llegar a ser mientras la tecnología no permita nuevas posibilidades de ser.
Expuesto este caso uno elige en su limitación su mostrarse o hacerse visible, como decía, su proponerse. El sujeto real  puede no contemplar esta visión web-existencial, incluso restar importancia vital a este mundo-web. Qué se desea expresar, cómo se desea crecer, qué pseudovida practicar. La visibilidad política; religiosa; artística; ética. También la imaginación y los lugares utópicos o mitológicos del ser. Expresión de una libertad artificial pero también de una ‘vida’. Aunque visibilidad al fin y al cabo. Una biografía parecer ser una bio-web, un discurrir artificial y paralizado donde de un vistazo se contempla una vida o un mundo ya unificado con el mundo de la entidad configuradora, como una perspectiva o parcialidad de esa totalidad-web a la que el ser-web queda sometido.  Una parcialidad observada y analizada por el resto de pensamientos-sujeto también con sus propios espacios. Por eso el criterio de tu propuesta vital debe ser vitalmente importante, selectivo y ético, donde sólo quepa lo que en las posibilidades de ser, y bajo las limitaciones descritas, se desee ser visible. El ser-web puede ser construido desde parámetros artísticos, lo cual supone crear una vida de arte, en el arte, como arte. Un ser con predominio de calidad; ética y estética se funden; lo utópico y lo cotidiano son complementarios. Según avanzamos se está construyendo esta especie de antropología-web desde donde se autoanaliza internamente, entorno observador y reflexivo de sí mismo, también cuestionado y cuestionable desde la ‘tradicional’ mirada del Hombre que continúa su labor filosófica de tensión-comprensión, de intentar leer el ‘mapa’ como las palabras de este texto mismo.

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