jueves, 20 de junio de 2013

Literatura e Internet (grupo Medialab Prado)

El texto web es entendido morfológicamente como una entidad general de la que es posible escindir sus elementos únicamente en justificación a su análisis y donde imagen, texto, código, sonido e interacción conforman un nuevo texto visual o escritura hipertextual de expresión polisemiótica (Tatiana Sorókina) no jerárquica dando forma a la expresión al igual que sucedía con la literatura tradicional. Si bien quizás no interese mantener por más tiempo una analogía entre escritura tradicional e hipertextual sí que es preciso distinguir entre la concepción de hipertexto como globalidad informacional e hipertexto como presentación de la información capturada a través del ordenador. Explica la autora la posibilidad de integración de tipos de información distintos en el aspecto global de la noción de hipertexto la cual mantiene cierta analogía entre mente e hipertexto, ambos como caos organizados y donde no se dan ni centros ni periferias en sus marcos de nodos relacionales, de ahí su ausencia jerárquica. El hipertexto así es entendido como un sistema organizacional en relación a un todo donde es integrable, aspecto que apunta a la teoría del discurso y de un contexto histórico existencial (Foucault) que permite traspasar el mero texto-objeto y reinterpretarlo bajo el prisma de la totalidad en la que ha sido generado.


Esto no sucede en la noción de hipertexto como campo de información de la pantalla que en su presentación requiere de prioridades, enlaces informacionales y de estatutos formales que además lo limitan en su diseño formal, es decir, si tradicionalmente el diseño y maquetación suponían el aliciente de atracción al lector, en esta otra clase de texto visual lo que se presenta como tal determinará su legitimidad. Por cierto bajo este marco además aún seguimos presentando los mismos patrones tradicionales cuando ya se precisa de una nueva escritura capaz de manejar y ofrecer de manera integral todos los tipos de información y sus respectivas semióticas. Se requiere no solamente una nueva noción de escritura (que denominará escritura hipertextual o electrónica) sino una nueva interpretación para el nuevo medio cibernético.

Por su configuración como explica Tatiana Sorókina [La semiótica, la escritura virtual y las permutas educacionales], ya en su estructura formal la página del libro mantiene su propio estatuto constituido por la imprenta mientras que la página electrónica lo hace respecto a los limites de la propia pantalla donde se expone. Esta propiedad estilística ya presupone una percepción distinta entre ambos y por tanto la necesidad de nuevos modelos de análisis distintos a los tradicionales y que respeten la multielementariedad del hipertexto analizable desde su presentación como texto visual [1].

La palabra en la comunicación tradicional de la literatura no presentaba su aspecto fonológico, no obstante en estas nuevas tecnologías se da la posibilidad de realizar la expresión tal cual, mayormente en su perfil multimedia (web o incluso libro+cd o audiolibro), donde pueden ser presentadas con la carga de emotividad que se pretenda en su intención, lo cual puede puede llevar a dos cuestiones: la claridad de su exposición y la oscuridad de su desciframiento.


Creo que si los textos del pasado, letras sobre papel, querían expresar más de la palabra, su contexto, lo no visto, entonces el lector era invitado a su reinterpretación; ahora en el texto-multimedia se presenta todo-tal-cual y lo metafórico pasa por el propio imaginario que representan tácitamente, inintencionalmente estas imágenes o textos visuales. Quizás de todos modos desde una perspectiva ontológica toda imagen intencional implique a su vez la posibilidad de poder ser presentada/interpretada como inintencional. Antes el juego era de tipo intencional, pretendía significar y se trataba de desvelar un texto que mantenía (o en el que el lector avezado pretendía ver) cierta oscuridad mientras que el texto visual o hipertexto (que lejos de representar, se presenta) se ofrece en una claridad y transparencia aparentemente tranquilizadora que no pretende ser más que sí mismo cuando sin embargo se encuentra repleto de significados velados y además, desde la perspectiva de cultura visual, con poder suficiente para mover resortes internos del sujeto y por tanto con repercusión social. La 'palabra' del texto-visual se presenta desnuda, en soledad pero llena de implicaciones aunque en un primer nivel se presente informacionalmente inocente y accesible.

No hay que olvidar que el proceso de traducción y transformación siempre está presente en el hipertexto que conlleva el traslado a través del código máquina, rescatado incluso desde otros lenguajes de segundo nivel. No es poco habitual encontrar páginas que no se presentan del mismo modo en unas máquinas que en otras dependiendo de aplicaciones, sistemas operativos o las propias características externas que configura el propio usuario. De esta manera la interpretación pasa necesariamente por la limitación del software, que como explicaba en el texto sobre Arte acaba por configurar su propio estamento privado o al menos ajeno al control del usuario.

Es interesante notar que el lector de este nuevo medio precisa del conocimiento previo, la gramaticalidad y la sintáctica de la página web que obliga a rastrear sus elementos y requiere una proactividad contra la pasividad de la literatura tradicional.



[1] (Siguiendo el recomendable resumen de Keith Moxey [Los estudios visuales y el giro icónico]
http://www.estudiosvisuales.net/revista/pdf/num6/moxey_EV6.pdf
se puede ampliar la investigación: desde la perspectiva del medio o cualidad W.J.T. Mitchell expone el giro de la imagen que cobra vida en sí independiente al mero análisis linguístico de éstas; G. Boehm sobre el giro icónico donde la imagen adquiere 'sentido' y gramática dentro de las metáforas visuales en que se produce; Elkins y el uso de la imagen por la ciencia; Belting sobre la presencia icónica que mantiene la ausencia de un cuerpo y que denomina ausencia visible; Bredekamp y su análisis de la forma donde el objeto se constituye como forma de pensamiento visual. Mientras que por la perspectiva icónica que expone Nicholas Mirzoeff se centra en el análisis del mensaje, el contenido o propósito y sus funciones sociales; incluso la interpretación crítica donde el papel de la subjetividad nunca fijada del espectador-crítico es relevante para la historización de la cultura visual [Irit Rogoff]).

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